Según una tercera opinión, desembocaba en el mar del Norte o del noroeste y aquí se vislumbra ya una exacta representación del verdadero país del mismo.
Tales conocía la fuerza atractiva del ámbar frotado. Tácito sabía que los estonianos de la costa del mar de Suecia denominaban glesum al succino y recogían éste en las playas para venderlo luego a los romanos.
Según Plinio, el nombre de succino se deriva de succus por ser el jugo que resudaban los árboles.
En tiempos de Alejandro Magno, se emprendió un viaje de exploración para indagar en los países donde procedía el ámbar, el estaño y las piedras preciosas. Cuenta que el ámbar es arrojado por las olas en una isla del pueblo germano de los gutones llamada Ábalo.
En el primer siglo de nuestra era, Oriente fue adquiriendo un predominio creciente en el comercio del ámbar, testimonio de ello son los numerosos objetos de adornos orientales (cúficos) la mayoria de los siglos X y XI. Los fenicios si bien no llegaban al mar Báltico si lo hacían a la costa occidental de la península gímbrica donde adquirían ámbar por mediación de comisionistas que bajaban por el Oder o el Vístula hasta Grecia.
En épocas anteriores el ámbar se intercambiaba por objetos de hierro y bronce y esto es seguramente el origen de utensilios etruscos y griegos más antiguos encontrados en el norte.
La casa Stantein y Becker de Königsberg, obtuvo en el golfo de Kuri grandes rendimientos de succino valiéndose de dragas y buzos, aunque actualmente este medio de recolección está abandonado y se ha sustituido por excavaciones en tierra firme.
Una vez efectuada la recolección comienza el proceso de selección. En Palmnicken y en Kraetepellen, se lava la tierra azul, se separa el ámbar por selección y cribaje y luego se forma con el varias suertes, atendiendo al tamaño, a la forma y al color, Los trozos de mas de 0, 5 kilos, son muy raros y el mayor conocido pesa 6.750 gramos y se halla en el Gabinete Imperial de mineralogía de Berlín.
El ámbar que se recolecta de las antiguas coníferas y en gran cantidad que fue calentado por el sol y luego solidificado en gotas es transparente y de color uniforme. Cuando la secreción de la resina ha sufrido interrupciones y las masas segregadas no se han unido bien, resulta un succino de estructura laminar que se rompe fácilmente. Este ámbar es transparente y suele tener muchas inclusiones, de hecho 49 de las 75 familias de coleópteros que se conocen actualmente, se hallan representadas en el ámbar, así como casi todas las familias de himenópteros, arácnidos, algunos saurios, plumas, pelos, hojas.....
Antiguamente el ámbar se utilizó para vidrios de aumento, lentes, prismas, espejos y en los siglos XVII y XVIII se confeccionaban con succino platos, vasos, copas, pequeños cofres y otros objetos de arte. En Viena se fabricaban boquillas y pitones de pipa con esta resina.
Existen muchas clases de ámbar. El ámbar transparente es muy caro, especialmente en trozos grandes. Las variedades transparente de color amarillo de oro se les conoce con el nombre de ámbar claro de Brunswick porque antiguamente en el traje nacional de las mujeres de los ricos de esta localidad figuraba esta clase de succino difícil de encontrar como adorno. En el ámbar amarillo existen frecuentemente burbujitas de aire que cambian por completo su aspecto. El ámbar espumoso es muy rico en vesículas de aire y muchas veces se halla sembrado de granos de pinta. Si el número de vesículas de aire es muy considerable, el ámbar pierde transparencia, adquiere un color blanco amarillento de aspecto óseo. Este ámbar es susceptible de pulimento, algo transparente y apreciado para ciertos objetos. Existe un succino llamado succino óseo pintado, en el que se encuentran porciones transparentes alternando con porciones de aspecto óseo. El succino semibastardo es susceptible de pulimento, algo transparente y en algunos puntos verdaderamente óseo. El ámbar extraído de la tierra azul tiene generalmente una superficie parecida a la de la piel de gallina, mientras que el que es arrojado por las olas del mar, apenas tiene capa de eflorescencia.