SÉ BIENVENIDO



Carpe Diem! Aprovecha el día. No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario... No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo... Somos seres humanos, llenos de pasión.

La vida es desierto y también es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia... Pero no dejes nunca de soñar, porque sólo a través de sus sueños puede ser libre el hombre. No caigas en el peor error, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes... No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante... Vívela intensamente, sin mediocridades. Piensa que en ti está el futuro y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo. Aprende de quienes pueden enseñarte... No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas...

Walt Whitman

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domingo, 31 de enero de 2010

Invictus

Nelson Mandela y François Pienaar, 1995


El tándem Clint Eastwood y Morgan Freeman regresa a los cines con Invictus, una película reflexiva sobre cómo el rugby ayudó a olvidar el apartheid en la Sudáfrica de Nelson Mandela y facilitó la reconciliación de su población. La película, basada en el libro de John Carlin, El factor humano, toma como hilo conductor el Mundial de rugby de Sudáfrica en 1995 para hablar de solidaridad y de la capacidad del ser humano para perdonar.

Invictus
toma su nombre de un poema del poeta británico William Ernest Henley, que concluye con la frase: "Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma". Ese poema ayudó a Mandela a sobrellevar espiritualmente los 27 años que pasó encerrado en la cárcel de Robben Island (cerca de Ciudad del Cabo) por su activismo en contra del apartheid.


Invictus

"Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.

Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.

Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.

No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el dueño de mi destino;
soy el capitán de mi alma".

William Ernest Henley

Apenas un año después de ser elegido presidente, Mandela consiguió que el rugby, el deporte que simbolizaba la supremacía blanca en el país, unificara a toda la población en pos de un sueño: lograr el título de campeón. Todo ello en un clima en el que la sociedad acababa de elegir a su primer presidente democrático y comenzaba a abrazar el mensaje del País del Arco Iris, que apostaba por la reconciliación de todas las razas.
El líder africano apostó para cumplir esa misión por François Pienaar, el capitán de la selección nacional de rugby, a quien le hizo llegar la responsabilidad de crear un equipo campeón, construido sobre una serie de reflexiones y mensajes de liderazgo y compañerismo.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah claro... Sobre "Invictus" no habla nadie, y por eso hablas de ella aquí. Claro, claro...

Entiendo.

Luisa Tomás dijo...

Enhorabuena por el blog. Me gusta muchísimo. Y me ha encantado Invictus. Tuve la suerte de verla ayer en un preestreno y me fascinó. Tanto, que olvidé al pesado que no paraba con la piernecita en el asiento de atrás y dejé de oír la bolsa de gominolas de la señora de al lado.
Luisa Tomás

Rembrandt dijo...

No he visto la peli, pero intuyo que me puede gustar a pesar de que el rugby no me interesa demasiado como deporte, lo que aqui no es lo más importante sino el mensaje que deja.

El poema me gustó mucho y esos dos versos finales son maravillosos.

Besos para tí
REM

Pitu dijo...

aquí es un poco más caro el cine... bromas a parte, tengo ganas de ver la peli.

Graciela Bello dijo...

Ayer he visto la película, por tu consejo y el de Yahaira.
No me gusta el rugby, me parece muy violento, pero en este caso, el deporte llega a su máximo cometido: hermanar a los seres humanos.
La capacidad de perdón de Mandela, su actitud no revanchista, es lo que más me conmovió. El mundo necesita muchos seres excepcionales como él para generar un cambio verdadero.
Entretanto, en nuestra mínima escala, tomemos su ejemplo en nuestro entorno. De algo servirá...