Tus ojos:
mi sinfonía,
mi música desierta,
el poema inconcluso de la tarde de ayer,
el vagón que se pierde y regresa,
la serenata dulce y celeste que canta mi alma.
Tu boca:
delicioso maná que come mis labios,
cuna lujuriosa que invade mi ser,
canción de gozos que arremete,
tumba, prisión, libertad, vida...
lujuria, frenesí,alfa, omega...
mi-tumba, mi-frenesí,mi-libertad y mi-omega.
Tu piel:
deseo inquebrantable de lo bendito y de lo poseso,
leve jazmín que penetra mis tormentos,
calor suave de placer codiciado,
principio de mi delirio,
final de lo ideado.
Tu cuerpo:
recinto sagrado que profano con vehemencia,
colinas y llanos que recorro con mis manos,
caballo audaz y soberbio que cabalgo,
cima del éxtasis,
apogeo de lo vetado,
fabula que acaba y comienza en el umbral de mi pubis.
Tu alma:
¡Oh Mandaliet, quien pudiese precisar
con palabras o indicios,
lo que habita en tu alma!
¡Oh Mandaliet, yo que navego
tu cuerpo como el más osado marino,
nunca logro llegar al camino
empedrado y glorioso,
que conduce a tu alma!
Zayadith Hernández
2 comentarios:
Un placer estar aqui en el Coliseo, muchas pero muchas gracias!...No conocía a este artista, pero la obra es fabulosa, si no te importa me anoto el nombre para estudiar su obra...
besitos y muchisimas gracias!
Gracias a ti por cederme este poema. Es un placer poder publicar trabajos de amig@s.
Un beso.
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