Hay tanto amor en mi alma que no queda
ni el rincón más estrecho para el odio.
¿Dónde quieres que ponga los rencores
que tus vilezas engendrar podrían?
Impasible no soy: todo lo siento,
lo sufro todo...Pero como el niño
a quien hacen llorar, en cuanto mira
un juguete delante de sus ojos
se consuela, sonríe,
y las ávidas manos
tiende hacia él sin recordar la pena,
así yo, ante el divino panorama
de mi idea, ante lo inenarrable
de mi amor infinito,
no siento ni el maligno alfilerazo
ni la cruel afilada
ironía, ni escucho la sarcástica
risa. Todo lo olvido,
porque soy sólo corazón, soy ojos
no más, para asomarme a la ventana
y ver pasar el inefable Ensueño,
vestido de violeta,
y con toda la luz de la mañana,
de sus ojos divinos en la quieta
limpidez de la fontana...
Amado Nervo
3 comentarios:
MI VALIENTE GLADIADOR
Confieso, ya alguna vez había disfrutado de estos versos...
Gracias por haberlos traído a la palestra después de muuucho tiempo y regalarme el placer de recordarlos.
Preciosura de post, como siempre.
BESOS en la arena (imposible conservar la coraza, en estos casos)
Querida Sil, hace tiempo que me quité la coraza y no recuerdo dónde la dejé. Hay veces que me siento muy vulnerable sin ella e intento buscarla, pero no la encuentro. De todas formas prefiero vivir así y no aparentar lo que no soy.
Gracias por seguir ahí… tan cerca.
Besos, ya desde la grada.
hermoso escrito de Nervo...gracias guerrero, por tu compartir con el mundo.
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