Cupido y Psique 1899, William Bouguereau
Habla la mitología griega de un rey que tenía tres hijas de gran belleza. La menor, Psique, era tan hermosa que llegó a ser admirada como si fuese Venus encarnada. La diosa, que veía que sus templos permanecían desiertos mientras los honores eran tributados a la bella Psique, pidió ayuda a su hijo Cupido para que la joven Psique se enamorara de la criatura más vil de la tierra. Pasó el tiempo y las hermanas de Psique se casaron, mientras ella no encontraba pretendiente alguno. Su padre, acudió pues al Oráculo de Apolo, quien le ordenó que vistiera a su hija con las mejores galas para un matrimonio fúnebre con un monstruo volador dotado de la ferocidad de una víbora. El rey, entre lamentos, llevó a su hija hasta la cima de la montaña y la dejó allí sola, a la espera de que se cumpliera su destino. Por la noche, el Céfiro la condujo a un florido prado próximo a un palacio de oro, donde le servían personas invisibles que solo dejaban oír su voz. A oscuras, apareció su marido y consumaron su enlace; así una y otra noche, sin que Psique pudiese llegar a contemplar a su esposo.
Pasado el tiempo, visitaron a la joven sus hermanas e incitaron a la joven a que matara a su marido, a quien tenía prohibido ver. Convencida, una noche tomó un candil y, temblorosa, contempló al ser más maravilloso de la creación, que nada tenía que ver con un monstruo. Se acercó embelesada a él, y sin querer, dejó caer aceite ardiendo sobre Cupido, que huyó al momento. Psique recorrió el mundo en busca de su amado, recluido en la morada de Venus, que a su vez buscaba encolerizar a la joven. Tras someterla a penosas pruebas en las que Psique fue ayudada por los animales y los elementos, el propio Zeus intervino y unió en ceremonia solemne a Cupido y Psique, al Amor y el Alma...
Cupido y Psique, 1793 Antonio Canova
Museo del Louvre, París
Todavía
No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría
palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo
tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto
nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa
sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía
pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro
y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido
y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.
Mario Benedetti
4 comentarios:
Que tengas un maravillo día de amorosos encuentros.
Feliz día de San Valentín!
Un abrazo
Eres un sol, Manolo!
Que bonita entrada nos has dejado.
Un beso.
(La palabra a verificar: Hittler)
Que anti-romántico está blogger hoy XD, ya podía poner a verificar un Cupido o que se yo.
WWW.LEYCOSMICA.ORG
Mil gracias por la información aquí expuesta. Debemos compartir nuestras gotitas de sabiduría para así poder desvelar todo este conocimiento que convertirán nuestro mundo en un lugar mejor. Sea cual sea el tema del que se hable siempre es bueno escuchar
Un saludo.
Namasté.
Cada vez que he perdido la esperanza la busqué en estos versos.
No siempre la encontré, pero han actuado como un bálsamo para mí.
GRACIAS
BESO
:)
SIL
Publicar un comentario