SÉ BIENVENIDO



Carpe Diem! Aprovecha el día. No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte, que es casi un deber. No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario... No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía sí pueden cambiar el mundo... Somos seres humanos, llenos de pasión.

La vida es desierto y también es oasis. Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia... Pero no dejes nunca de soñar, porque sólo a través de sus sueños puede ser libre el hombre. No caigas en el peor error, el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes... No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante... Vívela intensamente, sin mediocridades. Piensa que en ti está el futuro y en enfrentar tu tarea con orgullo, impulso y sin miedo. Aprende de quienes pueden enseñarte... No permitas que la vida te pase por encima sin que la vivas...

Walt Whitman

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viernes, 1 de mayo de 2009

Violín


Violín

Sucede que las notas, tejiéndose a tu piel,
vibran y resuenan como una tela suave
cubierta de oropel.
Y en ella van pegados versículos de un labio,
tallados con las manos
de un paño de violín:
madera de tu vientre,
textura de una vaina
que oscila entre las cuerdas creando su bemol.

Curtido de una astilla
sonando en melodía,
arpegio de los cantos
que emergen de tus labios,
sonido que es delicia,
cadencia y armonía.

Respiran los acordes tus ojos como obras,
partituras de una pieza
forjada en la templanza,
de viva eufonía
soplando en la quebrada.

¡Respírame tu cuerpo,
respírame encantada,
violín hecho de cabos,
de notas de tu alma!

Tejiéndote las notas
tu cuerpo es consonancia.
Violín que entona y fluye
romanzas de tu entraña
y deja en la memoria
las cuerdas como arias.

Ahí tu cuerpo guarda
los besos y la esencia,
el arco que resbala
al ritmo de madera,
al ritmo del solfeo que habla y acapara.

Y un violín se calla
meciendo su morada,
guardándose el sonido
de un beso en sus entrañas,
de un beso entre las cuerdas
que sienten su sonata.

Madera de tus ojos,
madera de tu espalda,
madera que es la fibra
de un pecho que tocara.

Madera de tus cuerdas
prendidas de la nada,
violín hecho de cardas
labrado en tu cantata,
pulsado entre vihuelas
y un arco de cencerro.

Violín de cuerpo entero
de un labio que temblara,
de un beso que dejara
oscilándolo en el alma.

Violín desde la altura
Violín desde la cima.
Violín hecho de soplo.
Violín de simple espuma.

La nota más crecida
del pecho hacia tu boca.
La nota más antigua,
nacida y embebida.
La nota que embelesa
e imbuye en cofradía.

¡Respírame tu cuerpo,
respírame encantada,
violín hecho de cabos,
violín de iris brocado,
madera de tus labios,
madera de inspirados,
notas que incriminan
las cuerdas restregando,
las dulces melodías
del fondo de tu alma!

Salvador Pliego

http://salvadorpliego.wordpress.com/

5 comentarios:

Alicia Rivas dijo...

Excelente poema el de Salvador Pliego, luce mucho en tu blog, que contiene artículos muy selecto, felicidades, un placer entrar a este maravilloso espacio.

Anónimo dijo...

Un fuerte abrazo para ti.

Elio Milay dijo...

Qué maravilla! Incluso te ha dado un abrazo el autor! Cómo se nota que no es un poeta del Siglo de Oro!

Si pones un poema de amor de Lope de Vega, olvídate de que el pobre te lo agradezca. Al menos, de forma visible...

CARPE DIEM!

M.D.Meridio dijo...

El violín por su sonido es uno de mis instrumentos preferidos. Su sonido es pura poesía. Recomiendo una deliciosa película que tengo en mi videoteca, “El violín rojo”.

Es una verdadero placer para mí que poetas, pintores, verdaderos artistas en activo, se pasen por mi blog, me manden un abrazo y además agradezcan que utilice sus obras.

Ahora, no sé si pondré algo de autores del siglo de Oro, como dice Elio.
Os imagináis que me llega un mensaje del más allá diciéndome que estoy usurpando su obra, firmado por Lope de Vega, Quevedo o Góngora. UUUUUUUUUU!!

dijo...

Me gusta el sonido del violín, elegantemente melancólico.