La aparición de Internet ha modificado y facilitado nuestra vida en muchos ámbitos, tales como el laboral, el educativo, las relaciones comerciales, etc.; y como seres sociales que somos, no podía dejar de ser también una vía más de relacionamiento y de interacción social.
Por soledad, como pasatiempo, por comodidad, como atajo para conocer a alguien evitando el tiempo y el esfuerzo que implica una interacción cara a cara, cada día son más las personas que acuden a este medio para comunicarse y conocer gente nueva; gente que lógicamente tiene sentimientos, emociones y por lo tanto no sería nada descabellado pensar en que pueda existir el enamoramiento cibernético. Generalmente las personas se sienten menos expuestas y comprometidas por Internet ya que pueden omitir aspectos físicos, personales, identidad y gracias a ese “anonimato” tienden a pasar rápidamente de conversaciones generales a temas mucho más íntimos y profundos, a abrirse más y compartir sus experiencias y fantasías.
¿Existe el amor cibernético?
Más allá de poder expresar y ser receptores de sentimientos virtualmente, es cuestionable que se trate de amor real o no; quizás sería mas exacto denominarlo “amor platónico” ya que si bien está presente el sentimiento no se logra una satisfacción plena por la carencia de vivencias importantes que hacen al amor tales como los abrazos, las caricias, los besos, el proyectar una vida juntos, las relaciones sexuales; y de concretarse un cara a cara ya dejaría de ser virtual pasando a ser presencial.
Podríamos decir entonces que la red es un nexo para que las personas puedan conocerse y relacionarse, y si ambos son sinceros y afloran buenos sentimientos, entendimiento y se sienten atraídos uno por el otro podría concluir en amor. Muchas parejas que se han enamorado por este medio expresan que la experiencia de conocer antes el interior de la persona y después la parte física ha sido muy positivo. Por supuesto que no todo es color de rosa y mucha gente se ha llevado grandes decepciones también a la hora del cara a cara.
Cuidándose en las relaciones cibernéticas
Si bien para algunos resulta una práctica saludable existen también algunos riesgos. Valiéndose de la posibilidad de mantenerse en el anonimato muchos “disfrazan” su identidad y de esta manera engañan a la gente. Algunas veces son simples cambios de “personaje” mintiendo acerca de su apariencia física, actividad laboral, profesional, estado civil, incluso de su sexo, etc. Otras veces puede resultar mucho más serio como actividades fraudulentas como por ejemplo “captura” de charlas, imágenes, videos de las personas para chantajearlas.
Otro aspecto negativo sería la adicción, que como cualquier otra perjudicaría a la persona. La adicción provoca un aislamiento del individuo y la decadencia en sus actividades que realiza (trabajo, estudio, etc.).
Un tema muy debatido es si se considera o no infidelidad al sexo virtual, hay quienes creen que se trata de un simple jueguecito y aseguran que no es ser infiel, otros creen que aunque no exista el contacto físico es de todas maneras un engaño y una falta de respeto a su pareja.
Esta nueva modalidad ya está instalada en nuestra sociedad para el disfrute de muchos y la disconformidad de otros tantos.
2 comentarios:
ayer también vi en el blog de una amiga algo sobre esta peli.
cuántas emociones se pueden vivir a través de una pantalla, verdad?
saludos!
Pequeños enred-os se arman con internet!!!
Conozco matrimonios que se conocieron por internet.
Y conozco un matrimonio que terminó en divorcio por culpa de unos mails con el destinatario incorrecto.
Como siempre la vida real supera con creces a la ficción...
JA, JA, JA...
BESOS QUE CRUZAN MARES
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