Acabo de cerrar la última página de este libro que me ha enganchado desde el principio. Es innegable que tiene algo de “El código da Vinci” y a mi me gustó, así que este también lo ha hecho, además se aprende mucho sobre la tortuosa vida del gran músico y sobre lo interesante que esconde la musicología.
Aparecen, por supuesto, los masones y los Iluminati de rigor, algo que en los últimos tiempos se ha convertido en un ingrediente indispensable para toda novela de misterio. Además, el autor firma la obra con pseudónimo, (aunque las malas lenguas dicen que se trata del polifacético Máximo Pradera) algo que también aumenta el misterio y el enigma de la novela.
El mundo de la música clásica se revoluciona cuando el prestigioso director de orquesta Roland Thomas interpreta, en un concierto privado, la supuesta reconstrucción del primer movimiento de la mítica Décima Sinfonía de Beethoven. Uno de los invitados al acontecimiento, el joven musicólogo Daniel Paniagua, sospecha al escucha una música tan sublime y le asaltan las dudas: ¿Y si la partitura original de la Décima existiera y hubiera llegado a manos de Thomas? ¿Y si el genio de Bonn hubiera vencido la supuesta «maldición de la décima», que se dice acababa con la vida de los compositores que intentaron finalizarla?
Tras un cruento asesinato, comienza una peligrosa carrera contrarreloj en la que Daniel, ayudado por una intrépida juez y un perspicaz inspector de homicidios, tiene que enfrentarse a influyentes grupos de poder, desde oscuros hombres de negocios a descendientes de Napoleón, que pelean por hacerse con el llamado «Santo Grial» de la música clásica. Ninguno de ellos sabe que la respuesta a todas sus preguntas está en el convulso pasado de Beethoven y en un amor prohibido que ha permanecido oculto hasta ahora.
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