Mucho más que una bella pieza de joyería, el ámbar es ante todo un elemento de alto interés científico. Especies de insectos fueron capturados en esta resina endurecida por el paso de millones de años y aún hoy conservan su morfología original de manera sorprendente. Pero el ámbar es un material poco frecuente en el mundo, por lo el reciente hallazgo de yacimientos en nuestro país, con una antigüedad de más de 100 millones de años, ha supuesto un punto de inflexión para los paleoentomólogos.
Etimológicamente su nombre proviene del árabe عنبر, ʻámbar, significando lo que flota en el mar, ya que no flota sobre el agua del mar, aunque originalmente se refería al ámbar gris. Es de color marrón claro normalmente.
¿QUE ES EL ÁMBAR?
Conocido científicamente como succino o succina, el ámbar procede de la resina de los pinos prehistóricos que crecían en el Norte de Europa hace 50 millones de años. Durante un cambio climático estos bosques quedaron sumergidos bajo el mar, conservando ejemplos de flora y fauna con lo que los científicos han podido realizar un estudio muy detallado del pasado. Hoy como antaño se usa en adornos, collares, pulseras y también como amuletos protectores.
VIRTUDES
Antiguamente el ámbar era considerado como producto dotado de propiedades curativas. Para combatir el reumatismo se ordenaban fumigaciones de ámbar. En los pueblos del mar adriático, tenían por costumbre colgarse collares de ámbar como preservadores de las enfermedades del cuello, pues el bocio era ya un mal endémico en las estribaciones meridionales de los Alpes, de ahí que casi todos los labradores de las orillas del río Po llevaran collares de ámbar.
En Prusia las tazas y platos de ámbar ponían a salvo de todo envenenamiento. En China y Corea se utilizaba como amuleto que preserva de enfermedades. También se hacía llevar a los niños collares de perlas de ámbar para facilitar la dentición. Las nodrizas también portaban succino por creer que éste se apoderaba de todas las sustancias morbosas de la nodriza y del niño y para alejar a éstos de los malos espíritus.
HISTORIA Y COMERCIO
En la tumba del Rey Micerino, se encontraron muchas perlas de ámbar, y en el norte se han descubierto muchos objetos de succino pertenecientes a la edad, de piedra. Ámbar labrado y sin labrar se ha encontrado en los lugares lacustres de Suiza, en Alemania, en las cuevas de los pirineos, en las tumbas de la primitiva edad del hierro y el periodo etrusco de Italia. En nuestro país, también se han descubierto algunos objetos labrados de ámbar en la estación de Carmona. En Madrid, en el Gabinete de Historia Natural, se conservan una serie de 37 ejemplares de ámbar de distinto tipo de color que fue regalada por Vilanova. En las fábulas mitológicas de Faetonte, se ven citadas no solo la verdadera procedencia y naturaleza del ámbar, sino también las vías por las cuales llegaba el succino a los pueblos civilizados primitivos. El Erídano de la fábula era el Esquilo del Ródano, el Eurípide del Po, y los griegos recibían del Ródano el ámbar por mediación de los malinenses y los ligurios, y del Po por los etruscos y venecianos.
Según una tercera opinión, desembocaba en el mar del Norte o del noroeste y aquí se vislumbra ya una exacta representación del verdadero país del mismo.
Tales conocía la fuerza atractiva del ámbar frotado. Tácito sabía que los estonianos de la costa del mar de Suecia denominaban glesum al succino y recogían éste en las playas para venderlo luego a los romanos.
Según Plinio, el nombre de succino se deriva de succus por ser el jugo que resudaban los árboles.
En tiempos de Alejandro Magno, se emprendió un viaje de exploración para indagar en los países donde procedía el ámbar, el estaño y las piedras preciosas. Cuenta que el ámbar es arrojado por las olas en una isla del pueblo germano de los gutones llamada Ábalo.
COMERCIO
El Emperador Nerón mandó una expedición a la costa prusiana de Sambia que marcó el inicio del comercio ambarino en la antigua Roma, eso explica el gran número de fabricaciones romanas en Prusia.
En el primer siglo de nuestra era, Oriente fue adquiriendo un predominio creciente en el comercio del ámbar, testimonio de ello son los numerosos objetos de adornos orientales (cúficos) la mayoria de los siglos X y XI. Los fenicios si bien no llegaban al mar Báltico si lo hacían a la costa occidental de la península gímbrica donde adquirían ámbar por mediación de comisionistas que bajaban por el Oder o el Vístula hasta Grecia.
En épocas anteriores el ámbar se intercambiaba por objetos de hierro y bronce y esto es seguramente el origen de utensilios etruscos y griegos más antiguos encontrados en el norte.
RECOLECCIÓN
Varios son los métodos utilizados para la recolección del ámbar hasta que llega hasta nuestras manos. El ámbar se recoge en las playas donde se haya en trozos pequeños que el mar ha escupido, pero también se recoge en el seno del mar donde desde la superficie se remueven las piedras gruesas que hay en el fondo marino, recogiendo posteriormente los trozos de succino que puestos en movimiento flotan en el agua. En Brüsterort entre 5 y 9 metros de profundidad hay un importante yacimiento de ámbar que se alzan en bloques de piedra mediante garfios y poleas de manera que quedan sobre una plataforma flotante y ya libre del fondo se hace correr por el mismo de un lado hacia otro con una red de bordes agudos que va raspando el fondo.
La casa Stantein y Becker de Königsberg, obtuvo en el golfo de Kuri grandes rendimientos de succino valiéndose de dragas y buzos, aunque actualmente este medio de recolección está abandonado y se ha sustituido por excavaciones en tierra firme.
Una vez efectuada la recolección comienza el proceso de selección. En Palmnicken y en Kraetepellen, se lava la tierra azul, se separa el ámbar por selección y cribaje y luego se forma con el varias suertes, atendiendo al tamaño, a la forma y al color, Los trozos de mas de 0, 5 kilos, son muy raros y el mayor conocido pesa 6.750 gramos y se halla en el Gabinete Imperial de mineralogía de Berlín.
El ámbar que se recolecta de las antiguas coníferas y en gran cantidad que fue calentado por el sol y luego solidificado en gotas es transparente y de color uniforme. Cuando la secreción de la resina ha sufrido interrupciones y las masas segregadas no se han unido bien, resulta un succino de estructura laminar que se rompe fácilmente. Este ámbar es transparente y suele tener muchas inclusiones, de hecho 49 de las 75 familias de coleópteros que se conocen actualmente, se hallan representadas en el ámbar, así como casi todas las familias de himenópteros, arácnidos, algunos saurios, plumas, pelos, hojas.....
LABRADO CLASES Y FORMAS
Para el labrado del ámbar se comienza por privarle de la capa de eflorescencia en beneficio del pulimento, con arena y agua se introduce en un tambor rotatorio. Posteriormente es trabajado con tornos, formones, escofines y con métodos de calentamiento se le da forma, obteniendo así collares, anillos, pulseras, pendientes, broches.... No hay pieza de ámbar igual a otra, cada pieza es única.
Antiguamente el ámbar se utilizó para vidrios de aumento, lentes, prismas, espejos y en los siglos XVII y XVIII se confeccionaban con succino platos, vasos, copas, pequeños cofres y otros objetos de arte. En Viena se fabricaban boquillas y pitones de pipa con esta resina.
Existen muchas clases de ámbar. El ámbar transparente es muy caro, especialmente en trozos grandes. Las variedades transparente de color amarillo de oro se les conoce con el nombre de ámbar claro de Brunswick porque antiguamente en el traje nacional de las mujeres de los ricos de esta localidad figuraba esta clase de succino difícil de encontrar como adorno. En el ámbar amarillo existen frecuentemente burbujitas de aire que cambian por completo su aspecto. El ámbar espumoso es muy rico en vesículas de aire y muchas veces se halla sembrado de granos de pinta. Si el número de vesículas de aire es muy considerable, el ámbar pierde transparencia, adquiere un color blanco amarillento de aspecto óseo. Este ámbar es susceptible de pulimento, algo transparente y apreciado para ciertos objetos. Existe un succino llamado succino óseo pintado, en el que se encuentran porciones transparentes alternando con porciones de aspecto óseo. El succino semibastardo es susceptible de pulimento, algo transparente y en algunos puntos verdaderamente óseo. El ámbar extraído de la tierra azul tiene generalmente una superficie parecida a la de la piel de gallina, mientras que el que es arrojado por las olas del mar, apenas tiene capa de eflorescencia.
LA CASA DEL ÁMBAR
C/ San Vicente Mártir, 21
46002 Valencia
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